Artrosis: La enfermedad

13.02.2018

Definición y epidemiología

La artrosis es una enfermedad osteoarticular crónica y prevalente producida por un proceso degenerativo del cartílago articular y los cambios reactivos en las estructuras óseas y periarticulares adyacentes. (López, 2003)

En otras palabras, la artrosis es el término habitual para referirse a la degeneración del cartílago articular y las alteraciones que se derivan de ella.

Según dicen el Dr. Roberto Negrín y el Dr. Fernando Olavarria (2014), se trata de una enfermedad de altísima prevalencia que aumenta con la edad. A nivel mundial la artrosis de cadera y rodilla constituye la principal causa de dolor osteomuscular y limitación funcional en el adulto mayor, dolor e invalidez se observan hasta en un 17% de la población mayor de 45 años por artrosis de rodilla y en un 40% de la población mayor de 65 años por artrosis de rodilla y cadera.

La artrosis se caracteriza por la degradación progresiva del cartílago articular (capa que cubre la superficie de la articulación, y que tiene las funciones de servir como amortiguador y disminuir la fricción o roce cuando movemos la articulación) resultando en disminución del espacio articular, dolor y pérdida progresiva de la potencia muscular. 

Fig. 1. Cartílago articular. (es.wikipedia.org)


Un estudio realizado por catedráticos de la Universidad Complutense de Madrid (2006), dice que los procesos reumáticos (enfermedades que afectan al aparato locomotor: huesos, articulaciones y músculos.) , en general, presentan un alta incidencia y prevalencia en todo el mundo. En concreto la artrosis afecta a millones de personas anualmente, siendo la causa más frecuente de artritis en los Estados Unidos, llegando a padecerla en distintos grados, el 60% de los mayores de 50 años, cifra que alcanza el 70-90% por encima de los 75 años.

Estos datos convierten a las enfermedades reumáticas y en concreto a la artrosis en un problema sanitario de primer orden, con implicaciones sociales y económicas evidentes. (Absentismo laboral, aumento del gasto farmacéutico, incremento del gasto social...).

Clasificación y diferencias de los tipos de artrosis

Según la Universidad Complutense de Madrid (2006) y la Unidad de Reumatología del Hospitalet de Llobregat, la artrosis ha sido clasificada en primaria y secundaria, según se identifique un agente causal o no. La primaria ocurre en ausencia de factores predisponentes o etiológicos conocidos. La secundaria es el resultado de algunas condiciones o enfermedades previas y se han dividido en ocho categorías: alteraciones metabólicas, endocrinas, estructurales (congénita), traumatismos articulares, otras enfermedades óseas y articulares (localizadas y difusas), neuropática, endémica y otras (congelación, enfermedad de Caison, hemoglobinopatías).

En otras palabras, la artrosis primaria es aquella en la que no se conoce una causa o circunstancia que justifique su desarrollo y que puede ser generalizada (cuando afecta a varias o todas las articulaciones) o localizada (cuando aparece solo en una de ellas). Se caracteriza por dolor en las articulaciones, rigidez, limitación del rango de movimiento y debilidad. Es conocida como artrosis idiopática, es decir, no hay una causa conocida subyacente o predisponente, y es reconocida como la forma más común de la artrosis.

En segundo lugar, se llama artrosis secundaria a la lesión en la que se reconocen perfectamente las causa que marcan el inicio del trastorno. Un ejemplo característico, en el caso de la rodilla, es la artrosis secundaria a la deformación "en varo" o "en valgo". Esta anomalía en la forma de las piernas impide que las cargas se distribuyan correctamente, de forma simétrica. Se produce entonces una sobrepresión puntual en alguna zona del cartílago que, a la larga, puede ocasionar un desgaste de éste.

Fig. 2. Genu valgo, genu varo. (Traumatología y Ortopedia infantil.)


Causas y síntomas de la artrosis

Como ya se ha mencionado anteriormente, la artrosis es una enfermedad degenerativa, por lo que, al aumentar la edad ocurren alteraciones en los patrones de activación y potencia muscular al mismo tiempo que se produce un aumento en la rigidez ligamentaria, lo que afecta negativamente la movilidad articular. Las alteraciones en los patrones de activación muscular afectan la cinemática articular durante el movimiento. Entendiendo que la cinemática articular hace referencia al movimiento del cuerpo humano en función del desplazamiento, velocidad y aceleración contra el tiempo, sin tener en cuenta las fuerzas que producen el movimiento, es decir, el patrón de movimiento.

Por lo tanto, si se producen en el tiempo de forma crónica estas alteraciones o cambios en la forma de desplazarse o moverse, pueden llegar a ocasionar daño en el cartílago, en las zonas de sobrecarga articular, debido a los patrones erróneos del movimiento, especialmente en adultos mayores con poca capacidad de adaptación a los cambios en la distribución de las cargas en las superficies articulares. Dolor, sensación de inestabilidad y limitación funcional son las principales consecuencias de este proceso degenerativo.

Según J.J. Ramos y cols. existen varios factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de la artrosis, como la edad avanzada, un bajo nivel de estrógenos (menopausia, histerectomía...), factores genéticos, padecer una enfermedad articular inflamatoria previa, padecer trastornos metabólicos o endocrinos, antecedentes de traumatismos articulares, el exceso de peso, determinados defectos estructurales, y todas aquellas circunstancias que suponen estrés repetido sobre las articulaciones, como son la práctica deportiva y la actividad profesional.

Tabla 1. Factores de riesgo de la artrosis. (Traumatología del Deporte. Prescripción del ejercicio en pacientes con artrosis. Recomendaciones actuales. 2006)

Prevención

La prevención de la enfermedad se basaría prácticamente en disminuir en gran medida o evitar la influencia de los factores de riesgo vistos en la tabla anterior.

Sabiendo que es una enfermedad degenerativa y que influye el componente genético, es más interesante saber cómo paliar el dolor o disminuir los efectos degenerativos a corto plazo.

Teniendo en cuenta las principales publicaciones relacionadas con la artrosis, actualmente el tratamiento no farmacológico se considera de primera elección en el manejo de los pacientes con artrosis. Jugando un papel esencial la práctica de ejercicio físico. Se ha mostrado claramente la efectividad del ejercicio aeróbico y del fortalecimiento muscular para disminuir el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes con artrosis. (Fransen, McConnell, and Bell, 2002). El ejercicio es particularmente importante en disminuir la carga socioeconómica y los múltiples problemas físicos y sociológicos asociados a esta enfermedad.

Ahora mismo la terapia física es considerada en consenso por expertos como pilar fundamental del tratamiento conservador de primera línea en múltiples guías clínicas de tratamiento.

FIT-HEALTH TIP

Desde Fit-Health queremos dar nuestro propio consejo sobre el tema desarrollado en este artículo.

A parte de mostrar una visión científica sobre la artrosis, pensamos que es un valor de importancia tener presente la experiencia y valoración de unos profesionales de la actividad física, salud y bienestar.

Actualmente la artrosis es un problema bastante serio que surge en la mayoría de nuestra población mayor de 55 años, sobre todo. Debe de prestarse atención a esta enfermedad, pues si no, puede ocasionar serios problemas de movilidad y funcionalidad en la vida cotidiana. El simple hecho de subir y bajar escaleras, de ir a hacer la compra andando o de mantener la posición erguida, podría no ser algo tan fácil si presentamos un deterioro de nuestras articulaciones y no lo tratamos adecuadamente.

Piensa que lo único que no dura eternamente es tu cuerpo, por ello, cuídalo, sigue un estilo de vida activo y hábitos de vida saludables. Será lo mejor que harás por ti mismo este año.

Borja Reche Cisneros

Gdo. En Ciencias de la Actividad Física y del Deporte


Referencias

López, F. (2003). Revista Clínica Electrónica en Atención Primaria. Artrosis. Artículo 11.

Negrín, R., & Olabarria, M. (2014). Artrosis y ejercicio físico. Revista Medicina Clínica Condes, 25(5), 805-811.

Ramos, J.J., López-Silvarrey, F.J., Segovia, J.C., Montoya, J.J., & Legido, J.C. (2006). Prescripción del ejercicio en pacientes con artrosis. Recomendaciones actuales. Traumatología del deporte. Selección, 15(3), 144-153.

Rozadilla, A., Mateo, L., & Romera, M. (s.f). Artrosis de cadera. Unidad de Reumatología. CAP Just Oliveas. L´Hospitalet de Llobregat. Barcelona. La Medicina Hoy.

Paulino, J., & Guerra, J.L. (2004). Me duelen los huesos, doctor. Guía para prevenir y aliviar la artrosis. Ed. Santillana. Madrid.

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